Hace algo más de un año el CNP mostró a la
opinión pública el nuevo uniforme de faena para la Institución Policial ,
y durante este espacio temporal ya se han podido recabar datos y opiniones
suficientes para valorar su verdadera idoneidad. Los datos ofrecidos por los
policías que los llevan a diario son los siguientes:
En cuanto a los pantalones,
éstos carecen de bolsillos superiores y los bolsillos medios no tienen fuelle,
con lo que resultan inapropiados para los agentes, ya que no aportan espacio
para portar en ellos ningún objeto policial. Además, estos pantalones se
diseñaron con botones interiores, lo que genera incomodidad en su manejo y los
agentes deben comprar de su bolsillo cintas para sellar los bolsillos al objeto
de no perder su contenido en algún forcejeo o carrera en la vía pública. Para
finalizar, los pantalones no tienen refuerzo a la altura de las rodillas ni a
la altura de los muslos, y tras unos lavados se decoloran hacia el color rosa.
Con respecto a las camisas, con
los lavados pierden las letras y emergen las molestas bolitas.
El jersey de cuello de pico también se llena
de bolitas con los lavados y no protege el cuello del frío, por lo que los agentes deben comprarse camisetas
interiores térmicas y bragas de cuello para protegerse del mismo, ya que a
pesar de petición por parte del SUP estas prendas no se consideraron de
dotación, a pesar de no dotar tampoco de algún jersey polar o cazadora
acolchada.
Las botas son de mala calidad.
Carecen de suelas con zona de aire, no son antideslizantes, la puntera se
despelleja al más mínimo roce, y no disponen de refuerzo a la altura de los
tobillos para proteger al agente de posibles torceduras al bajar del vehículo
policial con rapidez.
La gorra de dotación de tela no
protege del frío y el aro dorado se decolora con el tacto.
El anorak es muy fino, no
protege del frío y con los lavados pierde la característica impermeabilizadora,
permitiendo el paso del agua.
En resumen, un uniforme
suministrado por la
Administración que salvo su aspecto moderno, no reúne los
requisitos necesarios para que el policía desarrolle su labor en la calle con
unas mínimas garantías de confortabilidad, seguridad, y buena imagen. La
mayoría de los policías asturianos deben comprar con su dinero vestuario no
reglamentario que supla artículos deficientes o no suministrados y
fundamentales para el servicio, acuciándose en la época invernal donde los
policías con las prendas reglamentarias no están suficientemente protegidos del
frío y la lluvia.
En invierno, el uniforme sólo es aceptable
para personal que no realiza servicios en el exterior.
Un policía normal se compra con su dinero un
material que debería suministrar la administración que es la que debe
garantizar que el servicio público se preste con la mayor eficiencia a los
ciudadanos, además de proteger a sus trabajadores. El material que la mayoría
de los policías se compra con su dinero es: Botas tácticas, camisetas
interiores térmicas, calcetines térmicos y bragas para el cuello.
El vestuario de un trabajador debe reunir al
menos dos características: adecuarse a la exigencia del trabajo a desempeñar, y
reunir los mínimos de seguridad exigidos desde el punto de vista de la
normativa de riesgos laborales. A nuestro entender la Administración en
este asunto ha suspendido.
Los
gestores públicos en época de despilfarros económicos y gastos absurdos, se
han preocupado muy poco de dotar de medios básicos de trabajo a los policías,
olvidando que son un instrumento fundamental de garantía de los derechos y
libertades de los ciudadanos, y ahora, con la crisis económica, en el SUP nos tememos que seguiremos olvidados, y a
corto plazo, de continuar en este estado de precariedad de medios, nos
semejaremos externamente a una policía
bananera y tercermundista. Luego piden más esfuerzos, más eficacia y mejor eficiencia ¿con qué medios?.
COMISIÓN EJECUTIVA FEDERAL