UN CLIMA LABORAL NEFASTO EN GIJÓN

Un gran libro: “COMO SACAR PROVECHO DE LOS ENEMIGOS” lo escribió el bueno de Plutarco. Contiene una sentencia pequeñita pero intensa, y que traslada una sabiduría inmensa, os la brindo por lo que tiene de paralelismo con la situación actual, brindis que va más para “unos” que para otros, quizás no, seguramente va totalmente para los unos… (Unos sin hache, no se preocupen), la sentencia es: “No necesito amigos que cambien cuando yo cambio y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor”.

Estimados compañeras y compañeros, en nuestra Comisaría de Gigia, en el Norte, siempre al Norte, y totalmente dentro del contexto sindical (y del que no vamos salir), hay muchas sombras plutarquianas totalmente desnortadas, pero no desde el plano relacional de la amistad, (amigos, amigos, amigos…. ¡No! Aunque algunos, no todos, quieran serlo, pues parte de “los unos” cultivan la amistad en tierra estéril y no se enteran y siguen con su pertinaz baile de complacencia. ¡Así les va! Así nos va...); entonces mutatis mutandis, y con permiso del bueno de Plutarco, traslademos la frase a la vertiente sindicalista para lograr instalar una conciencia para el cambio en las relaciones laborales para buscar la paz y la satisfacción en nuestro trabajo. Sí. Algunas sombras plutarquianas desnortadas que han despersonalizado el ser y estar de esas relaciones por el efecto no del cambio necesario y asimilado, sino del alineamiento incondicional de algunos por una incapacidad de motorizar nuevos modos y mejores talantes. Sindicalmente y los que tenemos memoria histórica, es decir, sindical, podemos decir esto con claridad, convicción y datos. Nuestros datos. Me decía un compañero al calor de este conflicto laboral que tenemos instalado -que es serio y dilatado en el tiempo-, y lo decía con esa retranca que la experiencia atesora: “Ya no hace falta ponerles pilas, se dan cuerda ellos mismos”. Hábil silogismo sobre lo nuevo y lo viejo consecuencia de una coexistencia generacional dispersa, diferenciada y no entendida que nos aboca al enfrentamiento sistemático; y por lo tanto, perjudicial para la obtención de resultados empresariales que logren esa paz laboral y un buen entendimiento. La presión es tan fuerte que se ha encendido la luz de las alarmas. ¡Qué razón tienes compañero!

Consecuencia de esos posicionamientos de dirección se ha instalado una cuestión importante en un sector de los trabajadores: ¿Qué consecuencias se están dando en Gijón para que exista un clima laboral tan nefasto? Por clima laboral entendemos “El conjunto particular de prácticas y procedimientos organizacionales (Schneider 1.975)”`[1]. Vamos a intentar dar luz a esta cuestión desde el ámbito de lo sindical, pero quizás fuera necesario hacerlo más desde la disciplina médica, y esto tiene que ser así, porque esas prácticas y procedimientos organizacionales actualmente al uso en nuestra Comisaría pudieran estar generando fuertes perturbaciones en las diferentes dimensiones que configuran ese clima: autonomía, cohesión, confianza, presión, apoyo, reconocimiento, equidad e innovación; y por consiguientes teniendo serias consecuencias en la salud laboral de algunas y algunos, consecuencias tales como: ansiedad, estrés, desmotivación, huida y apartamiento (vértigo laboral), falta de implicación en el proyecto, y sobre todo, acoquinamiento; y esto quizás pueda ser así por unos “presuntos” modos organizacionales y que totalmente encubiertos asoman a la realidad a través de las nuevas técnicas de dirección concretada en la estrategia de: “Aliento en el cogote” que entorpece más que ayuda, que frena más que dinamiza, de la que se recela más de la que se confía, que presiona y ahoga más que flexibiliza, y que se acata más que se entiende. ¿Alguien da más?... Seguimos.

¿Dónde localizamos el clima laboral nefasto? Veámoslo en los Grupos de trabajo (POR CIERTO ALGUNO CON GRAN PROYECCIÓN MEDIÁTICA POR LA PROBLEMÁTICA SOCIAL QUE TRATA) con las relaciones humanas deterioradas, parcheadas por terapias de grupo que adolecen de la teoría y praxis necesarias para cumplimentarlas con eficacia, y que en vez de aportar curación, agravan al enfermo. Compañeras y compañeros de baja laboral por las circunstancias de trabajo. Cuando el SUP advierte de esto, se encogen de hombros, y creemos entender, explíquesenos mejor si ello fuera necesario, que este “caos relacional” es un problema nuestro (de los que obedecemos), ya que al no saber nosotros relacionarnos o entender las nuevas políticas de empresa somos los causantes del conflicto laboral. ¡Qué torpes somos los llamados obedecer que no entendemos!

Tenemos la convicción sindical de que algo está fallando cuando un cierto número de compañeras y compañeros dicen que esto no funciona. Entonces: ¿Quién baja a la arena y coge el toro por los cuernos?... ¡Los Sindicatos! Y el SUP EL PRIMERO, que para eso estamos, y ante el hartazgo manifiesto, es hora de que vayamos reflexionado si debemos o no externalizar las problemáticas, si debemos ir a modos de protesta legales que suponen la concentraciones (al modo de las madres de la Plaza de Mayo por repetitivas), a las caceroladas, a las pitadas, a dar vueltas en la rotonda (suerte que tenemos rotonda) Y esto tiene que ser así porque el enquistamiento de las problemáticas conlleva una agravación de la paz laboral.

YA ESTAMOS HARTOS DE ESTOS MODOS DE DIRECCIÓN QUE COSIFICAN A LOS PROFESIONALES.

En fechas breves PENSAREMOS EN PROPONER UN REFERENDUM EN LA SEDE SINDICAL PARA VOTAR MOVILIZARNOS. LO HAREMOS CON LUZ Y TAQUIGRAFOS, INVITAREMOS A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, SI ESTAMOS DE ACUERDO REALIZAREMOS UNA RUEDA DE PRENSA. SILENCIOS LOS JUSTOS.
OS INFORMAREMOS COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS.

COMITÉ LOCAL DEL SUP EN GIJÓN ¡ESTAMOS EN LUCHA!

[1] Clima y satisfacción laboral en instituciones públicas: Adaptación y ampliación de una herramienta. Chiang Vega, Salazar Botello y Dr. Nuñez Partido. Disponible en http://dialnet.unirioja.es/servlet/busquedadoc?db=1&t=clima+laboral&td=todo