Tenemos ante nosotros un
año 2013 muy difícil para la institución y para sus integrantes en Asturias.
Los recortes y la
precariedad de todo tipo ya se han instalado definitivamente en los programas
estratégicos y en los estilos de gestión y administración de las Comisarías Asturianas
como algo normal, imprescindible y obligado, acorde claro está con la directriz y política
general del gobierno, amparada y bien recibida por la mayoría de organizaciones
sindicales. El SUP no. Nos hemos opuesto siempre y seguiremos luchando contra todas
las políticas y actuaciones que perjudiquen los intereses profesionales de los
policías y dañen a la corporación policial.
Las continuas mermas
salariales, que todavía no tienen fin, la reducción de derechos consolidados y
que tanto nos ha costado lograr, la revuelta de algunos componentes de la
organización en la implementación y profundización hacia comportamientos,
pensamientos y programas de color castrense que tan poca eficacia y eficiencia
despliegan en la modernidad corporativa, en la creatividad, y en definitiva en
la requerida y obligada eficacia en el cumplimiento de las competencias
relacionadas con la seguridad ciudadana y la prevención de las conductas
antisociales en democracia.
La reciente retirada de
vehículos, la falta endémica de personal, las deficiencias en la capacidad de
gestión y administración en alguna Comisarías y en determinados sectores, la
utilización del régimen disciplinario de forma injusta y como herramienta de
miedo e instrumento mal entendido de motivación en cada vez más ocasiones, la
insatisfacción laboral, la desmoralización que va en aumento, y en definitiva
la persistencia en el deterioro interno de la Institución nos pasarán factura a
todos.
No es posible que ante contingencias
médicas no deseadas nos descuenten sueldo, obligando con ello a trabajar en
condiciones que no sólo vulneran el ideario de toda la normativa de riesgos
laborales y la seguridad de los ciudadanos, sino que además en un colectivo que
siempre ha tenido una de las menores tasas de bajas laborales no incapacitantes
es inmoral.
Con todo ello, algunos
gestores policiales consideran que se debe seguir presionando a sus
subordinados para mantener la eficacia y el logro de objetivos, a pesar de que
peligre a medio plazo la policía que conocemos, ejemplar, del pueblo y para el
pueblo. Da igual, muchos ya no estarán y quizás esperen premio por ello.
El castigo y presión hacia
los miembros del CNP que siempre se han comportado de forma ejemplar, y han
logrado ser reconocidos como unos ciudadanos más dentro del conglomerado
social, nos debería hacer reflexionar ampliamente en el seno del colectivo.
Nunca el CNP ha perdido en
tan poco tiempo con respecto al ciudadano el nivel de prestigio e imagen
percibidos, lo que nuevamente debería llevar a reflexionar a todos, policías,
organizaciones sociales, ciudadanos, gestores públicos, dado que es más que
probable, que lo que parece que ocurre en este caso sea realmente lo que
ocurre. Nos ha costado mucho conseguir una policía civil, democrática y al
servicio del pueblo. ¿Queremos perder eso? Los miembros del SUP no.
Matías A. Castaño Vázquez
Secretario General SUP
Asturias
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