«La Policía actúa al margen de la ley en identificación»
05/12/2011 00:00
Es uno de los líderes sindicales más combativos en la defensa de los intereses del colectivo policial, tanto desde la gestora durante la etapa de la clandestinidad, en la década de los años 80, como, una vez legalizado, desde la Secretaría general del Sindicato Unificado de Policía (SUP). Recientemente participó en Asturias en la asamblea del Comité Federal que ratificó por unanimidad la gestión del secretario regional, Matías Castaño.
¿Cómo se plasma el cambio en la Policía? Hubo un primer proceso poco después de la Transición de avance y modernización. La llegada de la democracia, la unificación, la desmilitarización, trabajar 40 horas, tener derechos, abogados y una organización que defiende a los policías sirvió para abrazar las libertades y racionalizar el servicio. La Policía salió a la calle, se desplegó, bajó mucho la criminalidad y fuimos infinitamente más eficaces siendo civiles que militares. El cambio se notó hasta 1990. Luego empezó el corporativismo negativo, que vino a acabar de resolverlo la ley de protección de la seguridad ciudadana del entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera; la famosa ley de la patada en la puerta. Ahí empezamos una pendiente que no acabamos y que puede ser peligrosa.
¿Por qué? Hemos recibido amenazas por Twitter para que nos callemos. Nosotros estamos para hacer cumplir la ley escrupulosamente y defender los derechos de los ciudadanos. Si yo veo que un compañero mete la mano, maltrata a alguien o no cumple la ley, ese es un mal policía y tener compañerismo con él es corporativismo negativo y en eso es en lo que creo que no estamos avanzando. Hay ingresos masivos, una formación muy deficiente, podemos identificar en la calle a cualquier ciudadano y eso es ilegal. El Ministerio del Interior es absolutamente parco en esta materia.
¿Siguen las identificaciones indiscriminadas? El año pasado, sólo el Cuerpo Nacional de Policía identificó a más de cinco millones de ciudadanos y, si a eso le sumamos la Guardia Civil , la Policía autonómica y la Policía Local nos da una cifra escandalosa en aplicación de la Ley Corcuera.
¿La productividad está detrás de la identificación masiva de ciudadanos? Es una política de seguridad que pretende una justificación estadística que no sirve para nada. Mandan a los policías a la calle a identificar a cualquier persona que sale de un metro, de un autobús... Pasa igual que antes cuando se identificaba a emigrantes; sólo que ahora se hace a cualquier ciudadano para que no se nos acuse de que buscamos al emigrante.
¿Confía en que dé un giro con el nuevo gobierno? Cuando un gobierno lleva cuatro, cinco o seis años y no ha cambiado nada, ya no cambia porque los mandos policiales que están ahí se hacen con el control. Lo que pasa con este gobierno en materia de respeto a los derechos civiles de los ciudadanos no ha sucedido desde 1980. A mí me preocupa porque pone en riesgo a los policías al actuar al margen de la ley.
¿Lo han denunciado? Sí. Llevamos años denunciando. En enero de 2009, los demás sindicatos se sumaron a nuestra denuncia: el SPP, CEP y UFP. Advertimos de que se estaba trabajando al margen de la legalidad con riesgo para los policías y contra los derechos de los ciudadanos a los grupos parlamentarios y ninguno dijo nada. Al PP, IU, los nacionalistas, al Defensor del Pueblo, al fiscal general del Estado, al Consejo de Policía, se le mandó a todo el mundo. Es una errónea política de seguridad ciudadana de justificación estadística.
¿Con la crisis ha aumentado la delincuencia? Los datos dicen que no; que seguimos igual, pero falta transparencia en todo lo que se refiere al Ministerio del Interior.
¿Cree que ETA dio un golpe de efecto con su último comunicado? ETA está mal. Como organización terrorista con soporte social que permanece en el tiempo y que puede influir en determinadas decisiones políticas está acabado. Otra cosa es que si ya estaba en una mala situación haya sabido maniobrar y haya intentado transmitir el impulso de lo que persigue a un grupo político que es su correa de transmisión, como es Amaiur, pero si consigue sus objetivos se acaba el estado de derecho y la España constitucional.
¿Cuál es el reto que tiene ahora la Policía? Combatir a las mafias, grupos organizados de delincuencia y narcotráfico.
¿Cómo les está afectando los recortes? Vienen años complicados y ya se está notando. Faltan vehículos, ordenadores, medios técnicos de investigación, de todo.
¿Los policías están desmotivados? Es lógico ante el recorte salarial, la falta de medios, la carrera profesional que no está regulada, la corrupción en las condecoraciones y las graves injusticias que hay en el colectivo. También es una vergüenza que manden policías de escoltas cuando ETA ya no mata.
¿Cómo está el Sindicato Unificado de Policía en Asturias? Mejor que nunca. Cuando nació el sindicato, Asturias fue un territorio histórico cuando estaba al frente, en los tiempos duros, Ramón Castro. Luego pasamos un bache y ahora, con Matías Castaño, somos el sindicato independiente y reivindicativo de siempre. En Asturias hay 800 de los 31.500 afiliados. Somos mayoritarios y hasta 2015 nadie nos quita esa condición.
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