12 de marzo de 2014
6 de marzo de 2014
LA INDIGNACIÓN DE LOS OLVIDADOS (Cuento de Invierno)
Volver
por los viejos fueros a modo de ley imperecedera, agarrados a la costumbre y
queriendo en este momento elevar el tiempo a eterno para no cambiar y
evolucionar jamás... Esto es lo que quizás pudiera ser, o tal vez no, vaya
usted a saber, lo que algunos nostálgicos recalcitrantes de ancianos regímenes
sueñan en este concreto instante, y que otros, los desvelados progresistas por
contraposición padecen ante esa corrosiva retroactividad temporal-ideológica
con frenazo ético-social por mor de una pacata moral clerical intransigente. Ahí pudiéramos
estar: varados en el inmovilismo,
achicando libertades y recolectando miedos.
A
nosotros no nos convocarán a las saturnales, y si nos llamaran no querríamos
ir, pues a título de convidado de piedra no nos sentaríamos en esas mesas
autocomplacientes donde caminan vaporizados "majas squinados"
y "cánceres pagurus". Es que lo cuentan todo. Universos
lúdicos donde los discursos tabernarios están repletos de egos superlativos y
acomodados. Nosotros los parias, esos a los que los poderosos (eso se
creen) arrumban, solo estamos para engordar las famélicas legiones, mejor
apartados para no acabar revueltos ni confundidos propagando las pestes de la
libertad y del igualitarismo. Marchaos pronto y !Qué os vaya bonito! ¡Qué
bonito ya lo estáis haciendo!
Con
ese talante realcional hacéis un flaco favor al sistema y quizás estáis
instalando una emergente actitud "Antimariantoñetista" en
la virtual plebe, y que pudiera ser un indicador del inoportuno afloramiento de
un absolutismo incipiente con vocación de continuidad propio de esas clases de
nuevo cuño (aldeanismo aristocratizado) que con malévola intención pretenden su
preeminencia y continuidad social. Ante este posible síntoma de fragilidad y
debilitamiento en el imaginario colectivo del poder ciudadano podríamos decir
con palabras del mejor George Dantón:
"La voz de la verdad que resuena en los corazones corrompidos se
parece a los sones que retumban en los sepulcros sin despertar a los muertos".
En esa sordera selectiva de los llamados a escuchar y que no escuchan
nada más que a sus gordas tripas nunca bien saciadas pudiera encontrarse el
motivo que provoca los gritos que demandan soluciones.
Sumemos
un más que probable y prudente temor reverencial
a aquellos personajes (retorcidos ignorantes) que vienen demandando dureza a la
vez que critican la "blandez" en comportamientos
que son propios de bonhomías, buenas
intenciones de aquellos que son dormidas en silencios acunados por los otros
con los brazos prestados de Bruto. Nunca unos cortesanos sin talla con tan poco
pudieron o pueden llegar tan lejos, y que con la inmediatez de los tercos
requieren los sometimientos vestidos con barrocas formas propias de
coreografías rancias ya superadas por vencidas, ésos, que haberlos haylos, recitan
letanías desde los púlpitos inquisitoriales y encienden hogueras de "Luces Trientinas". A esos
personajes del esperpento patrio les va también "la arenga",
esa es que es propia de calaveras de plomo bien definidas por Lorca. No
escuchan la verdad -nos les interesa porque les desnuda-, pues su mentira es lo
que importa, la elevan a dogma con la desfachatez inherente de los idiotas. Se
imaginan, siguiendo en ese contexto de la revolución francesa y sus
consiguientes subgéneros de incompetencia manifiesta, si encontráramos al
aledado y esperpéntico verdugo de la Place de la Concorde que pregunta
antes de realizar el trabajo que satisfactoriamente desarrolla: ¿Podemos
hablar extraoficialmente?, y que debería de ser contestado: “Sí,
pero allí donde tú seas igual que yo te lo contaré todo, pero te quedarás mudo”.
Viendo que este poco inteligente se convierte en torpe al servicio de la
iniquidad, una suerte de válido inútil, un simpático verbenas sin música; lo
mejor es conocer de su existencia y “sortearlo”. Si así estuviera el solar,
cabe decir a los que mañana lleguen, y que es urgente que lleguen, que logren
erradicar a esos que "tapan sus
propias brujerías con oraciones cínicas" y trabajen para instalar a la
laicidad con todas sus libertades desterrando conventuales maneras. Sacudirse
la Inquisición es de vital importancia. Cuando lo consigan ganarán y
ganaremos... téngalo ustedes en cuenta cuando lleguen mañana.
¿Dónde
pudiera estar la mentira dogmatizada? En el atajo, en la
puerta de atrás, en las posibles genéticas intersticiadas en las élites
sobrevenidas de pastores apesebrados que transmiten canongías que hacen dudosos
válidos, en el quid pro quo que los acomodados se donan, en esos
beáticos nepotismos purpurados, en quienes encontraron en el dolce
farniente todos sus éxitos personales y colectivos atechados de las
inclemencias, en los desertores del arado de ayer que hoy son propietarios de
cortijos edificados en su particular ínsula Barataria, en maridajes diversos
con amores llenos de amistades bajo las mil insignias fulgurantes... En la vil
y ruin realidad de esos bufones que gritan loas y luego lloran como Boabdil su
ineptitud -marionetas que el establishment maneja a su antojo-, y en todo
aquello que no sea legal y vaya por Derecho. A través de estos vericuetos
infames y callejones infectos es donde mora la rabia sostenida y encuentran indignación
los olvidados y camino las revoluciones.
¿Se
imaginan por un momento, por un solo momento, que viviéramos en una sociedad
que existiera para el pobre la posibilidad de ser igual a todos y tener las
mismas opciones de progreso que le quitan esos de moral incólume y dudosa valía?
A
veces, sólo a veces... Es necesario reflexionar con la distancia adecuada
(perspectiva) y desde lo inconcreto sobre todos y cada uno de esos matices que
la realidad pudiera tener, y hacerlo sin poner un límite personal o situacional
al escenario vital propio y de otros, eso sí, intentando siempre ver primero la
viga en el propio ojo y no la brizna en el ajeno, y hacerlo de manera abstracta
para que cada uno desde un sereno e íntimo ejercicio nos afirmemos o neguemos
en cada trazo, pincelada, color y forma de su particular cuadro... para qué
algunos y algunas queden absortos en su monocromática y burda concepción y,
además, logren ese rubor interno tan necesario para llegar a la contrición
personal esa que nunca les llegará porque no la esperan porque ya se sienten
parte de la divinidad. Amén.
Como
siempre, y desde un retorcido y acrático eclecticismo literario esta jodida metafísica
no nombra, no denuncia, ni tan siquiera pretende quemar a nadie en aquellos
fuegos eternos de infiernos construidos para la ocasión... simplemente y desde
un ejercicio de filosofía personalista acercarnos o alejarnos de allí donde
queremos o debemos de estar. No obstante, no hagas caso a nada de lo dicho. Aquí
y ahora tu lector debes de poner la lógica duda, y desde ese beneficio que le das
a la duda estimulas la reflexión, y sobre todo y ante todo un... VA
PENSIERO porque no debes de olvidar que
cuando cantas... Yo canto con tu libertad.
Salud
y Suerte.
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