Con motivo de los desagradables incidentes en la noche de Gijón este sindicato quiere manifestar lo siguiente:
En el año 2008 el SUP manifestó, en relación a la puñalada que causó la muerte a Christian Díaz Tommasiello en Fomento, que se esperaban desagradables resultados de ese tipo debido al deterioro de la fiesta nocturna en Gijón, aunque ya en aquella época, incomprensiblemente, por parte del Gobierno Local, se negaba la mayor y se afirmaba que la salud festiva de la noche era buena, que se respetaban los horarios y que estaba todo bajo control, aunque finalmente tuvo que rectificar, como consecuencia de las opiniones de taxistas, sanitarios, camareros, y ciudadanos que ratificaban el deterioro en la salud del ocio nocturno.
Con respecto a aquel incidente se ordenaron establecer unas medidas policiales excepcionales de control, pero no se tomaron ningún otro tipo de medidas públicas tendentes a la solución del fondo del problema. Es inaceptable, desde el punto de vista de política pública que tras el desgraciado incidente no se promoviese con tesón ningún tipo de acción pública efectiva con resultados.
Los últimos acontecimientos demuestran que el problema lejos de solucionarse se incrementa. Nuevamente, asociaciones de vecinos y colectivos han pedido al Ayuntamiento más vigilancia policial en las calles más concurridas durante las noches de viernes y sábado. Pero esa no es la solución, pues las calles ya están controladas por la policía, e incrementar el número de policías supondrá entre otras cuestiones la posibilidad de merma en otros servicios y vigilancias, ya que el número de policías es limitado. El nuevo Gobierno Local debe actuar con valentía y rigor, y debe promover a través de las ordenanzas municipales medidas disuasorias e instar al Gobierno de la Comunidad y al Gobierno Central a promocionar y aprobar en la Junta y el Parlamento legislación adecuada para dotar de instrumentos efectivos la acción preventiva y de control policial. La realidad es que la mera presencia policial es insuficiente para arreglar la problemática social. No puede recaer únicamente en la policía la responsabilidad de la solución, y si es la respuesta definitiva y el único planteamiento a este problema por parte del Ayuntamiento, evidencia lagunas importantes en el Ejecutivo Local en materia de seguridad.
A la policía debe dotársela de amparo normativo para intervenir, no como hasta ahora que deben soportar desprecios, arrogancias y chulerías impunes de jóvenes y no tan jóvenes que además se divierten retando a los agentes porque saben que en el fondo no les pasará nada. Se deben controlar y reprender comportamientos antisociales en la raíz del problema y no cuando es demasiado tarde.
La libertad y la seguridad son las dos caras de una misma moneda, la pacífica convivencia. Los poderes públicos deben garantizarla y velar por ese equilibrio. Se debe exigir y garantizar el respeto al prójimo.
Se debería estudiar el establecimiento de ordenanzas municipales tendentes al control y a la concienciación ciudadana, y si es necesario establecer la supresión absoluta del consumo de bebida alcohólica en la vía pública. Se deben controlar en mayor medida todos los locales de ocio nocturno, sin excepción, de forma permanente e intensa. Se debe abrir un debate riguroso donde opinen las organizaciones sociales, vecinales, de padres, de jóvenes, sindicatos policiales, asociaciones médicas, etc…y tomar una decisión clara, valiente y lo más consensuada posible. La corresponsabilidad de todos es necesaria. Y si a algún político con hijos adolescentes no le importa que un hijo o hija suyo beba sin control, consuma drogas, vomite en las esquinas o demás resultados de sobra conocidos producidos por el exceso y el descontrol que nos lo diga a todos, que estamos seguros que la ciudadanía tomará buena cuenta.
Quizás es necesario enfrentarse a la necesidad de imponer determinadas medidas, como incrementar de forma importante las sanciones por permisividad con el consumo de estupefacientes a los locales y vía pública, estableciendo obligados trabajos sociales en beneficio de la Comunidad y garantizar la prohibición en todos los establecimientos de la venta de alcohol a ciudadanos que ya se encuentran en aparente estado de embriaguez. (en materia de seguridad vial ha resultado efectivo)
Las armas blancas de uso no doméstico deberían estar sometidas a más control en la venta y se deberían incrementar de forma contundente las sanciones por su tenencia ilícita, además de establecer servicios a la comunidad a los infractores.
Se requieren menos lágrimas de cocodrilo y más competencia en la acción política con la planificación y aplicación de políticas públicas que erradiquen con contundencia el problema
Matías A. Castaño Vázquez
Secretario General del SUP de Asturias.